viernes, 24 de noviembre de 2017

¡VIVA LA MUERTE!


Toda muerte, es un drama, todo accidente laboral, una tragedia, no entiendo porque la prensa se empeña en glorificar a los militares fallecidos en acto de servicio e ignora a los muertos en el andamio, en la carretera o en la mina, no entiendo porqué la justicia castiga a las empresas responsables de negligencias en seguridad e higiene pero esconde y protege a los responsables del ministerio de defensa y a los mandos militares de su incumplimiento.
Un militar es un profesional que ha elegido una labor de riesgo en la que puede y debe morir y matar según se le ordene, la muerte de un profesional del ejercito debería tratarse con la misma sensibilidad y condolencia que la de un obrero o un transportista sin elevar a nadie a la categoría de héroes. Heroes son los bomberos que se juegan la salud y la vida para salvar la nuestra o para apagar los fuegos asesinos, los médicos y sanitarios que dedican su existencia a ayudar a los niños y enfermos del tercer mundo, los demás, con o sin uniforme, son profesionales que cobran por su trabajo y que deben afrontar sus riesgos. Una nación no se alimenta con la sangre de sus militares si no con el sudor de sus gentes que paren y crían a sus hijos, que construyen sus hogares y cultivan sus tierras, las banderas solo sirven para envolver a las víctimas y tapar de los errores de sus mandos.

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